Muchos automovilistas se preocupan por limpiar y lavar sus coches de forma periódica para mantenerlos limpios y atractivos, sobre todo cuando son nuevos. Por eso es necesario aclarar los errores más comunes para evitarlos.
Los lavaderos automáticos de vehículos funcionan de forma violenta y provocan rayaduras por la potencia de los chorros de agua, es mejor lavar a mano o secar con vapor.
Al lavar el coche con agua fría y su contacto con la pintura caliente de los rayos del sol provoca daños, por lo que no lave el coche a altas temperaturas.
Estos líquidos contienen muchos químicos que dañan la pintura del coche y provocan opacidad y decoloración a largo plazo, por lo que es mejor utilizar líquidos de limpieza especiales para coches.
Puede causar rayones profundos en la pintura, pero rocíelo con agua y déjelo reposar un rato para que pueda limpiarlo fácilmente.
Un buen secado protege la carrocería del óxido y la corrosión, por lo que hay que prestar atención a esta parte durante el lavado.
Las almohadillas o esponjas ásperas provocan rayones, y es mejor utilizar únicamente almohadillas de microfibra limpias para lavar el automóvil.
Lavar con movimientos circulares ayuda a recoger una gran cantidad de arañazos, y es mejor lavar en una sola dirección para evitar muchos arañazos, así como en el secado.
El pulimento para tablero no aprobado ayuda a desteñir las piezas interiores a largo plazo, especialmente en lugares soleados, ya que interactúa con el sol y provoca corrosión en el tablero, y es mejor usar pulimentos aprobados para no verse afectado por el calor o interactuar con el sol, y al usar el pulimento, no se recomienda rociarlo directamente sobre la pieza a pulir, y es mejor rociarlo sobre la toalla designada para tal fin.
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